Así hacemos nuestro carbón vegetal

En Carbones Pascual seguimos apostando por la forma de hacer carbón como antiguamente, de la manera que lo que lo hacian nuestros antepasados. Ya que así, nuestros carbones mantienen sus mejores cualidades: poder calorífico y alta durabilidad.
Primero se clavaba un palo guía haciendo un agujero en el suelo, entonces iban apilando la leña de encina que previamente habían cortado, podado.... Cuando tenían toda la leña de encina bien colocada, recubrían todo con hierva seca o paja, y encima de esta, lo cubrían todo con tierra como se ve en las imágenes.

Preparada la carbonera, introducen leña menuda por la chimenea, y sobre ella vierten brasas. Este primer encendido produce mucho humo. Cuando disminuye o sale fuego, rellenan la chimenea con leña menuda que tacan con un palo, repitiendo la operación hasta que la chimenea queda bien llena.

Entonces se cubre para que se apague el fuego y las brasas se extiendan cebando la leña que las rodea, comenzando así una combustión que se controla abriendo con un palo pequeños respiraderos en el contorno de la carbonera, comenzando por la parte superior para ir bajando a medida que la cocción desciende. De esa manera se facilita el avance de la brasa, impidiendo que el fuego se ahogue, y se evita que vientos constantes u otros factores hagan que la combustión se desplace en una sola dirección.
La cocción de una carbonera de 4.000 kilos dura unos 12 días, y puede durar un mes la de 40.000 kilos, alcanzando ésta los 4 metros de altura y los 14 de diámetro.
Por el color del humo que sale de los respiraderos conoce el carbonero el avance del fuego y el estado de la cocción: el humo gris indica que hay fuego, y el azul señala que en esa zona ha terminado. Pero la cocción final se produce cuando arden las gavillas de abarras que se han colocado al pie de la carbonera.

Comienza entonces el complicado proceso del enfriamiento, en el cual el carbonero retira parte de la tierra que la cubre, la limpia de objetos que pueden facilitar la entrada de oxígeno y evitar que se apague, y una vez limpia la vuelve a echar sobre la zona descubierta. Realizada esta operación, saca los troncos carbonizados de la parte superior, y espera su enfriamiento para proceder al desmonte.
Antes el agua escaseaba en el lugar de la carbonera, y los fuegos que se producían al retirar el carbón, y que los carboneros detectan con el olfato antes que con la vista, se apagaban echándoles tierra. Labor penosa que había que repetir una y otra vez.
Una vez enfriado se procedia al envasado en sacos.
Y así en Carbones Pascual les podemos ofrecer la mejor calidad de carbón vegetal.